Friday, December 02, 2005

Semana

[Saciedad reinando]

¿Qué fue lo que soñé?
Había un pato. O un cisne, un ánade.
–Chau, Esteban.
Al despertar uno no sabe qué pensar. Qué debe sentir, a qué debe prestarle atención. ¿Cuáles son las urgencias?, ¿dónde está lo impostergable?
Alguien ha cubierto de brea mi corteza cerebral. La humedad en el mentón debe ser mi propia saliva. La humedad en la mejilla debe ser un beso. No siento mis pies... pero todavía están ahí. ¿Cómo es posible tanta sequedad después de tanto alcohol? Tengo sueño. Agua, quiero agua. Un cigarrillo por lo menos. Mi cabeza ya no es lo que era ayer. Mi cerebro ha sido galvanizado. Enterrado debajo del desierto de Gobi. Quiero seguir durmiendo, que despierten los demás. Qué bien se duerme con el escroto ligero. Con la saciedad reinando. ¿Es que nadie tiene un cigarrillo? No lo intentes, Tellier, ni siquiera lo pienses. No abras esos ojos. Ya es tarde.
–Chau, Tosca. Hablamos.
¿Una oca, un ganso?
–Sí, sí. Chau. No te quedes todo el día en la cama.
Ya no quedan dudas. Ésa era Tosca. No sólo la apariencia física, sino más bien su sello inimitable en la elaboración de las frases. Pero ya está. La pesadilla queda atrás. Las alimañas del delirio alcohólico se desvanecen y cierran la puerta. Espero que el nuevo portero le abra la puerta de calle. ¿Quién la invitó a quedarse a dormir? Bueno, está bien. Fui yo. Pero estaba borracho, no sabía qué era lo correcto. Además, ¿no hay seguridad en este edificio?, ¿cualquiera puede venir y acostarse con cualquiera? Avis, Avis. Ya te rescataré yo de este antro. Por cierto, ¿quién te pidió que no vinieras? Te perdiste algo grande. Pero ya está. Olvidemos todo y comencemos de nuevo. (¿Un pez?) Pero, antes, un cigarrillo. Sí señor. Un buen cigarrillo para comenzar bien el día. Un cigarrillo que me otorgue lucidez, autonomía. Este mismo cigarrillo. Bien hecho. Una vez más la decisión es correcta. Aunque nos dé un infinito asco. Aunque la saliva se vuelva ciénaga y del pantano brote sangre. Aunque la bifurcación traqueal quede completamente anegada. Aunque la cisura menor se extienda por la totalidad del pulmón, ésta fue la decisión correcta.
Debería ir a trabajar. Ahora. O dentro de un rato. Quizás alguien ya esté en la oficina. Quizás no. ¿Qué hora es?, ¿las ocho y media? Ni siquiera es de día. Terminemos este cigarrillo. Y luego dormiremos. Hagamos un esfuerzo. ¿Era un pato? Eso no es importante. El tema es, ¿el pato hablaba? O, mejor aún, ¿qué dijo ese pato?, ¿qué quiso decir?, ¿qué omitió?